domingo, 21 de marzo de 2010

El Valor de la Familia

El valor de la Familia  
¿Qué es?
La familia se funda, en el más profundo sentido, en el matrimonio, unión perdurable de varón y mujer. "El matrimonio no es una unión cualquiera entre personas humanas... tiene una naturaleza propia, propiedades esenciales y finalidades"(Gaudium et spes no. 48)
La familia es la célula básica de la sociedad, pues la sociedad está constituida por familias, y de cómo vaya la familia, va la sociedad. La familia tiene un rol social insustituible ya que tiene relación directa con la preservación de la vida humana así como de su desarrollo y bienestar. Las principales funciones de la familia son:
a. Función subsidiaria: se satisfacen las necesidades básicas, como el alimento, techo, salud, ropa, etc.
b. Función educativa tempranamente se socializa a los niños en cuanto a hábitos, sentimientos, valores, conductas, etc. Es en la familias donde se forman los ciudadanos íntegros: hombres con valores éticos universales a la vez libres y responsables de su misión y de sus propios actos: conscientes de lo que es bueno y lo que es malo.
c. Función solidaria en la familia se da una interrelación familiar y apoyo mutuo entre todos los miembros en forma desinteresada, se desarrollan afectos que permiten valorar el socorro mutuo y la ayuda al prójimo. 
d.Función protectora: se da seguridad y cuidados a todos sus miembros, los inválidos y los ancianos.
Una de sus más importantes funciones es la educación de los hijos, nacidos naturalmente o incorporados a la familia por adopción.  Los padres  tienen el deber y el derecho de educar a sus hijos.
La unión familiar asegura a sus integrantes estabilidad emocional, social y económica. Es allí donde se aprende tempranamente a dialogar, a escuchar, a conocer y desarrollar sus derechos y deberes como persona humana.

Para reflexionar
El valor de la familia nace y se desarrolla cuando cada uno de sus miembros asume con responsabilidad y alegría el papel que le ha tocado desempeñar en la familia. La union familiar va más allá de los encuentros habituales e ineludibles, los momentos de alegría y la solución a los problemas que cotidianamente se enfrentan.

Es necesario que para que haya union familiar debe haber presencia física, mental y espiritual de las personas en el hogar, con disponibilidad al diálogo y a la convivencia, haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en condiciones de transmitirlos y enseñarlos. En un ambiente de alegría toda fatiga y esfuerzo se aligeran, lo que hace ver la responsabilidad no como una carga, sino como una entrega gustosa en beneficio de nuestros seres más queridos y cercanos.

Lo primero que debemos resolver en una familia es el egoísmo: mi tiempo, mi trabajo, mi diversión, mis gustos, mi descanso... si todos esperan comprensión y cuidados ¿quién tendrá la iniciativa de servir a los demás?

La generosidad nos debe hace superar el cansancio para escuchar esos problemas, alegrías o acontecimientos diarios de papá, mamá y de los hijos, niños o jóvenes.  La unión familiar no se plasma en una fotografía, se va tejiendo todos los días con pequeños detalles de cariño y atención, sólo así demostramos un auténtico interés por cada una de las personas que viven con nosotros.
Otra idea fundamental es que en casa todos son importantes, no existen logros pequeños, nadie es mejor o superior. Se valora el esfuerzo y dedicación puestos en el trabajo, el estudio y la ayuda en casa, más que la perfección de los resultados obtenidos; se tiene el empeño por servir a quien haga falta, para que aprenda y mejore; participamos de las alegrías y fracasos, del mismo modo como lo haríamos con un amigo... Saberse apreciado, respetado y comprendido, favorece a la autoestima, mejora la convivencia y fomenta el espíritu de servicio.

Sería utópico pensar que la convivencia cotidiana estuviera exenta de diferencias, desacuerdos y pequeñas discusiones. La solución no está en demostrar quien manda o tiene la razón, sino en mostrar que somos comprensivos y tenemos autodominio para controlar los disgustos y el mal genio, en vez de entrar en una discusión donde por lo general nadie queda del todo convencido.

Por otra parte, muchas son las familias que han encontrado en la religión y en las prácticas de piedad, una guía y un soporte para elevar su calidad de vida, ahí se forma la conciencia para vivir los valores humanos de cara a Dios y en servicio de los semejantes. Por tanto, en la fe se encuentra un motivo más elevado para formar, cuidar y proteger a la familia.

Podríamos preguntarnos ¿cómo saber si en mi familia se están cultivando los valores y todos son felices? Si todos dedican parte de su tiempo para estar en casa y disfrutar de la compañía de los demás, buscando conversación, convivencia y cariño, dejando las preocupaciones y el egoísmo a un lado, sin lugar a dudas la respuesta es afirmativa.

Toda familia unida es feliz sin importar la posición económica, los valores humanos no se compran, se viven y se otorgan como el regalo más preciado que podemos dar. No existe la familia perfecta, pero si aquellas que luchan y se esfuerzan por lograrlo.

Alguna ideas para acrecentar la unión y armonía familiar
     ·   Dedicar un tiempo especial para conversar y jugar diariamente
·       Salir de paseo con todos el fin de semana o realizar una actividad diferente: juegos de mesa, ver una pelíclua y luego reflexionar sobre ella,
·       Tener un día al menos al mes para que papá y mamá salgan solos a cenar o al cine.
·       Organizar las labores de manera que todos tengan un encargo en casa.
·       Planeen juntos los viajes o activiades familiares
·       Busquen soluciones compartidas
·       Instituyan en casa el "no gritar" y porqué no en todas partes?
·       Acostumbrense a decir todo en positivo
·       Valoren la importancia de las horas de comida
·       Impongan un horario para ver la television, NUNCA en horas de comida, pues interfiere la   comunicación familiar.
·       Establezcan tradiciones familiares y repitánlas con cierta frecuencia, mensuales, anuales, etc.
·       Hagánle saber a su familia que es lo más importante en sus vidas.
·       Abrácense y díganse frecuentemente "te quiero"
·       Tengan detalles pequeños con cada miembro de la familia
·       Festejen los cumpleaños juntos.
·       Papá y mamá cuando tienen algo que discutir lo hacen a solas.
·       Recen en familia. " La familia que reza unida permanece unida"


jueves, 18 de marzo de 2010

Hagamos Música en Discovery


Los investigadores han encontrado la primera evidencia de que los niños pequeños que toman clases de música muestran un desarrollo cerebral  diferente y mejoran su memoria en el transcurso de un año, comparados con niños sin formación musical.

leer más en:   http://www.sciencedaily.com/releases/2006/09/060920093024.htm


domingo, 14 de marzo de 2010

Cuaresma 2010

SALUDOS A TODOS.

Les deseo lo mejor en todo momento. Que caminen progresivamente hacia la luz pascual.

Las reflexiones que les envío son tomadas de la Revista "Misión jóven digital".  Sigamos reflexionando en este tiempo especial de gracia que estamos viviendo.

Con aprecio,
Pbro. Álvaro Del Carmen Masís Solano.


Manos que abrazan la cruz.

Agradecidos, ilusionados y necesitados vivimos este tiempo cuaresmal. Agradecidos porque se nos ofrece una nueva oportunidad para crecer, para entrar en nosotros, para discernir al pie de la cruz cómo estamos y qué tipo de discípulos enviados somos. Ilusionados porque siempre que nos ponemos en camino, nos cargamos de esperanzas y miramos al horizonte con nuevos ojos y muchos retos. Necesitados porque nos reconocemos inacabados, con demasiadas parcelas de nuestra vida que aun requieren mucha conversión; necesitados de perdón y de mucha misericordia. Así caminamos por esta Cuaresma en la que nos proponemos vivir, trabajar, orar y celebrar bajo el lema "Manos que abrazan la cruz".


Y quien dice manos, dice vidas, opciones, decisiones, personas, familias, comunidades… que abrazan la cruz. Abrazar la cruz ¡suena tan bien! Pero ¿qué significa realmente? ¿Es un eufemismo? ¿Es una metáfora? ¿O es un estilo de vida, una respuesta concreta y radical a una llamada personal y liberadora, una opción en la que nos reconocemos y nos reconocen apasionados por la vida y la esperanza de todos, especialmente por los más necesitados?


Abrazar significa "ceñir con los brazos, estrechar entre los brazos en señal de cariño", pero también significa "tomar uno a su cargo alguna cosa: admitir, aceptar, seguir". Y este es precisamente el significado que encierra el lema bajo el que queremos caminar durante esta Cuaresma.


Abrazar la cruz significa realizar un ejercicio que parte de la renuncia, de la desapropiación y que culmina en el abrazo. La penitencia, el ayuno y la oración a los que somos invitados en este camino son mediaciones irrenunciables para poder realizar este ejercicio de renunciar a… para abrazar la cruz.


Ojalá la oración y la celebración en esta Cuaresma nos ayude a seguir descubriendo cuál es el camino que nos lleva a la Vida y que sigue pasando irremediablemente por la cruz, por la cruz de Cristo y por la de todos aquellos que todavía hoy son crucificados en nuestro mundo. Que este camino de penitencia, de ayuno y de oración, sea un camino de pasión, de conversión personal y comunitaria y de abrazo al misterio de la cruz. Ojalá nuestras manos, con la ayuda del Espíritu, se liberen de todo aquello que nos ata, nos esclaviza, nos hace enemigos y así abracen la cruz, fuente de Vida y Esperanza para todos.


Para abrazar la cruz, debemos renunciar a algunas cosas (actividades, personas, proyectos, pobrezas…) y ejercitarnos en algunas actitudes básicas que favorecen el abrazo, es decir, que nos hacen admitir, aceptar y seguir a Cristo "pobre y crucificado".


Por ello, las cinco actitudes que proponemos para abrazar la cruz son:

· desierto (Mc 1, 12-15),

· discernimiento (Mc 9, 2-10),

· coherencia (Jn 2, 13-25),

· fe (Jn 3, 14-21)

· seguimiento (Jn 12, 20-33).



Padre Nuestro

Padre nuestro que estás en la casa de Fulano,  y en la de Beatriz y en la de Quique y en la de María y en…… Y en la tuya y en la mía  y en la nuestra y en la de todos tus hijos que estén,  que estemos dispuestos a escuchar, en torno a tu mesa,  eso tan importante que quieres decirnos.


Que tu nombre, traicionado hace dos mil años  por treinta cochinas monedas, no sea nunca jamás vendido,  negociado o ignorado por los que hoy seguimos considerándonos tus amigos, tus discípulos, tus más acérrimos seguidores. 


Venga a nosotros tu reino para que tu amor de Padre, de Hermano, de Amigo, llegue, por mediación nuestra,  a todos tus hijos, a todos nuestros hermanos. 


Hágase tu voluntad, la voluntad de un Padre que se inclina ante nosotros, sus hijos, y nos lava los pies, enseñándonos a conjugar el verbo servir  en presente y en primera persona del singular. 


Danos hoy el pan de cada día,el mismo por el que Tú decidiste quedarte entre nosotros;  que ese trozo de pan y ese poco de vino, convertido en tu cuerpo y en tu sangre, no falte nunca en nuestro menú de cada día. 


Perdona las ocasiones en que olvidamos el testamento que, en forma de mandamiento, Tú nos dejaste, y que lo firmaste y lo sigues firmando con tu sangre derramada por todos nosotros. 


Así perdonaremos, comprenderemos y ayudaremos  a los que no tienen, sean cual sean sus circunstancias,  la inmensa fortuna de la que gozamos nosotros: compartir mesa y sobremesa contigo  todos los días de nuestra vida hasta el fin del mundo. 


No nos dejes caer en la tentación de quedarnos dormidos, cerrando nuestros ojos y nuestros corazones  a tus mejores amigos, a tus hijos predilectos,  aquellos en los que Tú te sigues, apasionadamente, haciendo presente.


Y líbranos finalmente de acabar esta plegaria, de concluir el día o de terminar cualquiera de nuestras acciones cotidianas, sin hacerlo en memoria tuya.


Sí, feliz cuaresma, porque un año más Dios nos vuelve a regalar una oportunidad, y van tantas, de conversión, y eso no deja de ser motivo de gozo en nuestra pequeñez.

Feliz Cuaresma, porque re-iniciamos un camino que sin eludir la muerte, nos conduce a la Vida Verdadera, gracias a la Resurrección del Maestro y eso no deja de ser motivo de esperanza en nuestras miserias.

Feliz cuaresma porque ante las tentaciones de vivir en blanco y negro, Dios nos habla en colores, intensos y vivos, y nos ofrece la reconciliación, Su Reconciliación como instrumento de conversión y de cambio.

Les proponemos, nos proponemos vivir esta cuaresma, estos días, este camino regalado desde la reconciliación. El mundo que estamos viviendo, la realidad que nos acontece, está rota, divida, fragmentada, casi muerta, sino del todo, en viernes santo permanente, por eso la necesidad de hacer feliz esta cuaresma desde la reconciliación. No desde la nuestra, sino desde la que Dios se empeña en regalarnos cada día.

Reconciliación con Dios, Principio, Amor de nuestras vidas, Misericordia regalada a cada instante, abrazo de Madre/Padre, como a hijas e hijos que regresamos al hogar después de haber dilapidado la herencia. Reconciliación con quien no deja de reconciliarse eterna y fielmente con cada una, con cada uno.

Reconciliación conmigo. A pesar de mis miserias, de mi pecado, de mi limitación, de todo lo necio, lo inmaduro, lo pobre… que hay en mí, puesto que Dios, Abbá, no ha dejado de amarme ni un solo instante, puesto que me ha hecho una persona amable a Sus Ojos y a los ojos del resto de la humanidad, no puedo ser yo quien me haga odiable. Es necesario en esta cuaresma hacer un pequeño ejercicio de acogerme y reconciliarme conmigo, para así poder ofrecerme y entregarme a esta humanidad nuestra de cada día como lo hizo Jesús nuestro maestro.

Reconciliarme con mi entorno más próximo, crear lazos de religación como decía Zubiri. Reconciliarme con mi familia, con mis vecinos y vecinas, con mi trabajo. Reconciliarme y mientras lo hago, sanar heridas, ofrecer abrazos, amar mucho y amar bien, pues solo el Amor recibido y entregado es el que transformará lo cotidiano, pasando de la muerte a Su Vida.

Reconciliarme con la Creación, con la humanidad y con la naturaleza y por tanto vivir en coherencia con mis Hermanas y Hermanos sufrientes, dolientes. Vivir en armonía ecológica con la naturaleza, desde el compartir, más que desde el consumir, desde el trabajo por una realidad sostenible y solidaria…

Tratar de vivir estos días que se nos regalan, en clave de reconciliación nos ayuda a asumir las muertes y La Muerte que no dejan de producirse en nosotros y por nosotros, pero también nos ayuda a luchar, a colaborar en la tarea de transformación de la realidad. Nos ayuda a creer, a Creer que Su Muerte tuvo sentido y que como dice Pedro Sus Heridas nos han curado…

Por eso y con eso me atrevo a deciros y a desearos feliz cuaresma, Hermanas y Hermanos en Jesús Resucitado por Dios Abbá de la muerte. Feliz cuaresma.

(José Luis Graus Eclesalia 23.02.07)